Las evoluciones económicas y los partidos políticos

Por Ángel Collado Schwarz

(Artículo aparecido en El Nuevo Día)

Las evoluciones socioeconómicas de Puerto Rico han ido de la mano del surgimiento de partidos políticos en Puerto Rico. Con una perspectiva encapsulada, recorramos los eventos principales registrados desde 1898 hasta el presente.

La invasión estadounidense de 1898 cambió el escenario económico y político de Puerto Rico. La devaluación del peso puertorriqueño a 60 centavos americanos, la imposición de la Ley Foraker (algunas secciones vigentes en la actualidad), y la conversión de la economía a una de monocultivo del azúcar para exportación al mercado estadounidense propiciaron la fundación del Partido Unión en 1902.

Este partido autonomista liderado por Luis Muñoz Rivera, José De Diego y Antonio R. Barceló dominó el escenario político hasta 1932.

Esta primera etapa agrícola cierra con la caída del mercado azucarero global, la depresión en Estados Unidos y los preparativos de este país para su inminente entrada en la Segundo Guerra Mundial. Puerto Rico evolucionó hacia una economía militar anclada en la construcción de bases e infraestructura.

En esta segunda etapa, bajo el liderato de Antonio R. Barceló, el Partido Unión, pasó a ser el Partido Liberal que, promotor de la independencia, se convirtió en el principal partido. Sin embargo, la alianza de los dos partidos estadistas (el Socialista y el Republicano) controlaron el poder político en la década del treinta y, en contubernio con el gobernador estadounidense, dieron rienda suelta a la corrupción en la isla hasta el nombramiento del gobernador William D. Leahy, quien erradicó la corrupción prevaleciente.

La tercera etapa en la década del cuarenta dio inicios a cambios estructurales incorporados por el gobernador progresista, Rexford D. Tugwell, en coordinación con el recién fundado Partido Popular Democrático con su programa de justicia social.  Luis Muñoz Marín consiguió que se coaligaran independentistas, autonomistas y estadistas en el nuevo movimiento político.

El proyecto de industrialización, junto a una revolución social, consolidó la hegemonía política del PPD hasta finales de la década del sesenta cuando se paralizaron los reclamos de reformas internas. La disconformidad forzó a una nueva generación, que ya no se identificaba con “Pan, Tierra y Libertad”, a ingresar al Partido del Pueblo de Roberto Sánchez Vilella y al Partido Nuevo Progresista de Luis A. Ferré. En 1968, capitalizando la división interna del PPD, el PNP alcanzó el poder.

Esto da comienzo al bipartidismo y la rotación del poder entre el PPD y el PNP.

Enmarcado en el bipartidismo, la cuarta etapa comienza a finales del siglo 20 y principios del siglo 21. Con la desaparición de la exención contributiva de las 936 en 2006, colapsó el último vestigio del modelo económico de Puerto Rico. Este proceso había comenzado con la implantación del salario mínimo federal y la eliminación de ventajas competitivas de comercio libre.

La situación llevó a Puerto Rico a incrementar la dependencia de fondos federales del 7% del INB a final de la década del sesenta al 24% en la década del ochenta. El aumento dramático de la deuda pública arrastró a la isla a la quiebra y a la aprobación arbitraria de la ley PROMESA con una Junta Fiscal con poderes soberanos.

Los huracanes en 2017 acompañados con el desgobierno y la corrupción llevaron a la ciudadanía a expulsar al gobernador Ricky Rosselló, electo por una minoría del electorado.

Puerto Rico se encuentra en el peor momento de su historia, tras perder una cuarta parte de su población. La edad promedio aumentó de 32 años a 43 años.

El modelo económico actual está basado en un paraíso fiscal desasociado con la creación de empleos o desarrollo económico.

Esta situación ha trastocado el escenario partidista del país. Los votos íntegros del PPD se redujeron de 866m en 2012 a 324m en 2020; y los del PNP de 870m a 360m respectivamente.

El voto fuera del bipartidismo en 2012 fue un 4% y en el 2020 un 37%.

Era de esperarse que el electorado responsabiliza a los dos partidos de la debacle por la que atraviesa el país y no los ve como una opción para rescatarlo.

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